Pablo es un joven educado en las más prestigiosas escuelas de negocio de EE.UU. Es un triunfador. Trabaja doce horas diarias de Lunes a Sábado porque su empresa no sabe vivir sin él. Su vida está íntimamente ligada al trabajo y al sacrificio por la corporación. Los socios están encantados. Le han hecho un regalo que le permitirá seguir respirando el selecto ambiente corporativo en su tiempo libre. Ellos quieren que Pablo siempre se sienta importante, siempre se sienta superior. Por eso le han regalado Mersux-W Trepper, el coche de lujo del gran ejecutivo, la carroza del vencedor del futuro, del Ben-Hur de los negocios. Con un motor de ochocientos cuarenta y cinco caballos de potencia, catorce cilindros en ‘V’ de victoria, sólo consume diez a los diez, un volante más listo que inteligente, asientos de cuero de mono rojo, frontal de madera de la buena, llantas de mega-aleación…
¡Pablo!, ¡Pablo!, ¿Qué estas haciendo?
—Estoy hasta los cojones
¿Cómo?, espera, espera… No puedes decir eso en una anuncio
—Me importa una mierda. Llevo toda la vida haciendo el gilipollas, explotado, no tengo tiempo para vivir, para hacer otras cosas, para conocer chicas…
Pablo, con este coche vas a conocer a muchas
—¡Coño!, no tengo tiempo ni para hacerme un apaño, ni satisfacer un brete puedo….
Unas vacaciones corporativas con el coche en los mejores y más exclusivos campos de golf. En ese espacioso maletero caben juntas cuatro bolsas de palos.
—Métetelos por el culo, ¡Dimito!
Pero Pablo, esto es un anuncio, no puedes dimitir. En realidad eres un actor, ni te llamas Pablo, ni eres un ganador —en realidad eres un muerto de hambre— y ni de coña vas a tener en tu puñetera vida un coche como este.
—¿Sabes?, me da igual. Al menos seré feliz, ¡Capullo!
¿Sin nada, sin ser nadie?
—¿Y tú que tienes, eh? No eres más que una voz bonita. Inspiras a la gente porque no te pueden ver y te imaginan como el jodido Clint y luego seguro que eres un Constantino con bigote debajo de una escafandra de Darth Vader. ¡Ridículo!, ¡Más que ridículo!
Yo no tengo cuerpo, soy una voz en off
—¿Y cuando te callas dejas de existir?, ¡Joder!, ni siquiera sabes quien eres y me dices cómo debo vivir mi vida. Pues me voy.
¿Te vas?
—Me voy a la playa, a aprovechar mi tiempo, a ver el mar, las puestas de sol, los amaneceres, a escuchar los pájaros, a sentir el viento, a ser libre, a olvidarme de tu puto veneno. Voy a nadar mar adentro hasta que deje de resonar el timbre de tu voz y tu mensaje. Hasta que se hundan por sí mismos en la mierda que predicas. Voy a nadar hasta olvidarme de volver, hasta que llegue a otra playa y empiece de nuevo.
Sí… voy a empezar de nuevo
Me ha encantado. Es genial. Me gustan mucho tus ideas. Besos y buenas vacaciones.
Hola guapo.
MOLA.